Crónica de un Show largamente anunciado, por Martha Camacho

Crónica de un Show largamente anunciado, por Martha Camacho
16 abril 2018 admin

Pos pasó lo que tenía que pasar, a todo puerco le llega su SanJuan y yo no podía ser la excepción. Se llegó la Yuri’s Night, La bendita primavera marciana y yo, sin suficiente preparación y atiborrada de datos a la vez.

Llegué a Cracovia32 TARDE, cosa que detesto pero al metro le dió por descomponerse, pese a la velocidad del metrobús y de paso, ya en éste último me iba durmiendo gacho.

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Cracovia 32. Foto por Paulina Islas Landa.

Me bajé en La Bombilla y me compré una coca, porque necesitaba cafeína ya mismo. Para cuando llegué a la casa, el filme con la vida de Yuri ya había comenzado. Tendré que decirle a mi Crew que lo vean; el slash Gagarin/Titov es GENIAL, independientemente de que la peli me hizo llorar.

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Proyección de la película Gagarin, el primero al espacio (2013). Foto por Paulina Islas Landa.

A media peli, llegó un individuo bajito y de lentes y que -válgame los Dioses y suplico su perdón- apestaba a tenis sucios. Desde ese momento, pensé ‘ojo, éste es el troll’. No creí que fuera a tener razón, la verdad. Me cambié de lugar y me fui a sentar al piso.

Acabada la peli, la genial Marcela Chao (vestido de marcianos verdes, mallas amarillas, tenis rosas y la belleza polícroma que la caracteriza), me jaló del brazo y me presentó con los otros dos conferencistas, científicos de a deveras y no pretensos aprendices como yo; el Doctor en Mecánica y Astrónomo Alejandro Farah (un tipazo de unos dos metros, más guapo que el Capitán Jorge, que ya es decir mucho, la verdad, con unas fachas jipis geniales y un mezcal en la mano) y la Doctora en Ciencias Adriana Pliego (bonita lo que se dice bonita, jeans rotos y tenis rosas -¿fué el uniforme y yo no me enteré?- y de paso, súper amistosa).

Nada que ver con la imagen académica que me temía. Total, Marce presentó el The Martian Times blog (hay que suscribise YA) y después, nos dejó hablar de nuestro choro, las Estaciones Espaciales.

Alejandro se pasó dos mezcales y luego habló de nuestra estación primordial, la Tierra, y por qué nuestras estaciones en el espacio deberían ser una copia, más la importancia a la larga de salir de aquí y lo genial de que la plática no se diese en un estirado ámbito académico, sino que permitiera que éstos choros se discutieran de forma abierta.

Luego, Adriana dijo cómo diablos nos afectaba el andar allá afuera, que no es cosa fácil de soportar y que es mucho peor que el simple escorbuto o cualquier otra cosa que se imaginen, que tuvieron que sufrir los expedicionarios de otra época y terminó con su comercial de Cienciorama UNAM.

Luego hablé yo y quienes me conocen, no necesitan que me extienda en eso.

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Público del 3er Meet Up de Mars Archive «Estaciones a Marte». Foto por Paulina Islas Landa.

Y entons, vino la sección preguntas/respuestas y el show se puso buenisísimo. Esperábamos 3 o 4 preguntas… y fueron unas 10, desde por qué carajos teníamos que ir a Marte hasta cómo hacer malabares en la superficie (una pregunta 100% científica, by the way).

Para responder, los dos doctores y yo nos pasábamos el micrófono; hubo académicos como Jadrán & Johnny, que de plano se fueron al cuello de Adriana, preguntando por las cadenas genéticas alteradas por la radiación hasta el troll, quien no tardó en descalificarnos por optimistas, por usar el término ‘ciencia ficción, que es semánticamente incorrecto’ y por querer gastar el dinero en cosas que no.

Le pasé el mic a Alejandro y le murmuré ‘anda y cágatelo’ y después él me pasó el mic y me dijo ‘tu turno’ y Adriana, sonriendo ‘háganlo ustedes, no es mi especialidad’. No supe si hablábamos de CF o de cagárnoslo… pero creo que respondimos bien.

O no lo sé, no se dignó volvernos a hablar.

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De izquierda a derecha: Marcela Chao, Alejandro Farah, Martha Camacho y Adriana Pliego. Foto por Paulina Islas Landa.

Otro chico que me pareció genial habló del deltave marciano y de las condiciones en Marte y en el vacío, para lograr metamateriales y se armó un chow tan bonito que yo quería llorar y Marcela difícilmente contenía su entusiasmo (y cuando se emociona, canta y ya sabemos cómo termina eso…).

En resumidas cuentas, fue una reunión TAN bonita, tan llena de ciencia deadeveras y tan sembrada de especulación teórica y entusiasmo, que me sentí apenada por los que no fueron y orgullosa de que me invitaran a tirar el rollo.

Los trekkies se lucieron por su ausencia… pero varios de los asistentes notaron mi delta y me saludaron con el ta’al.

Agradezco INFINITO a los Tertulianos, la porra… pese a que faltaron Francisco M. Juárez y Armando Saldaña Salinas y necesitaba de su feroz e imperdonable crítica.

Mars Archive y Pasaporte Cultural me regalaron una bolsa preciosa con el retrato de Gagarin, una taza nueva para mi café y medio litro de mezcal que ya escondí. Hice amigos nuevos y tuve que regresarme tempras a sacar a loj perriyoj.

Me dormí con veinte ideas nuevas y la necesidad de escribir, encima…
¡Una noche genial!

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A la izquierda, Martha Camacho; a la derecha, la M. en C. Adriana Pliego durante el 3er Meet Up de Mars Archive «Estaciones a Marte». Foto por Paulina Islas Landa.

MARTHA ELISA CAMACHO ALCÁZAR, 26 de octubre de 1963, México, es maestra de Matemáticas cuando se lo requieren. Especializada en Teoría del Caos. Escritora de Ciencia Ficción Dura –Matemáticas, Física, Biología– y Terror –vampiros y terror psicológico–, tiene dos libros publicados y un montón de cuentos regados en diferentes revistas; ha participado en tres antologías y ganado un Premio Nacional de Cuento (1988, Efraín Huerta) como el burro tocó la flauta –aún no esta segura de por qué.