Conspiraciones marcianas: Marte, terreno fértil para la imaginación

Conspiraciones marcianas: Marte, terreno fértil para la imaginación
9 febrero 2018 admin

Marte es un planeta que por su cercanía y similitud con la Tierra, ha alimentado la imaginación humana. La posibilidad de  ir a Marte o encontrar rastros de vida en su superficie no ha sido interés único de la ciencia ficción. Aunque hoy en día en los libros y las películas los extraterrestres ya no vienen de Marte, sino de lugares mucho más lejanos en el espacio, como las Pléyades o Alfa Centauri, la cercanía y conocimiento que hoy tenemos del planeta rojo no ha disminuido la creencia de muchas personas de que existe un encubrimiento gubernamental que no quiere que conozcamos algunas verdades ocultas de este planeta.

Parecidos más que razonables.

La exploración del terreno marciano nos ha mostrado imágenes que nos intrigan y alimentan nuestras fantasías sobre la posibilidad de encontrar no sólo vida, sino rastros de una civilización perdida en Marte. En el año de 1976 la sonda Viking 1 tomo esta fotografía de la superficie marciana que muestra lo que parece ser un rostro (¿humano o alienígena?)  que volvió aún más locos a los conspiracionistas quienes consideraron la fotografía como prueba irrefutable de que en Marte habita o habitó una civilización inteligente.

Con el paso del tiempo nuestra exploración de la superficie marciana ha sido cada vez mayor gracias a sondas y vehículos controlados a distancia que nos han entregado imágenes que teóricos conspiracionistas escrutan minuciosamente buscando encontrar las tan ansiadas pruebas de que no estamos solos en el universo. Gracias a su ardua labor, hemos encontrado que Marte es habitado por criaturas extrañas como dinosaurios, humanoides, soldados extraterrestres, ruinas alienígenas egipcias y grandes edificaciones que apuntan a que civilizaciones han habitado o habitan actualmente el subsuelo de la superficie marciana.

Estos hallazgos son explicados por la ciencia bajo el concepto de Pareidolia, fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio es percibido erróneamente como una forma reconocible.  Sin embargo existen otro tipo de teorías conspiratorias que estimulan nuestra imaginación a partir del relato de personas que saben que el ser humano ya ha puesto los pies sobre Marte.

Del proyecto Pegasus a los viajes en el tiempo.

Para adentrarnos en otra categoría de teorías conspiracionistas marcianas, tenemos que referirnos al proyecto Pegasus. Programa militar secreto del ejército norteamericano que ha utilizado los hallazgos de Nikola Tesla para generar tecnología cuántica disponible desde los años setenta y a través de la cual el gobierno estadounidense teletransporta  soldados para construir bases militares en el planeta rojo. Así lo confirman los testimonios de reclutas del programa Pegasus como Andy Basiago o el ex marine conocido por su pseudónimo “Capitán Kaye”,  quienes no sólo saben del programa sino que aseguran haber vivido en Marte hasta por 20 años. Afirman que a través de una especie de elevador, el gobierno norteamericano ha telentransportado humanos al planeta rojo de manera momentánea (como a Donald Rumsfeld o Barack Obama), y a otros de manera más permanente en misiones de hasta 20 años. Ambos testimonios tienen similitudes: afirman que la atmósfera del planeta rojo es respirable, que hay bases militares humanas y que existen razas alienígenas viviendo en el subsuelo marciano. Sus relatos son tan detallados que gracias a ellos sabemos que Marte huele a “waffles quemados”.

Sin embargo, mi teoría favorita, es el relato de Paul Amadeus Dienach, quien en los años 20 del siglo pasado dejó registro de sus conversaciones con humanos del futuro quienes le relataron entre otras cosas, que el ser humano colonizó Marte en el año 2204.

CM3

Figura 3. Paul Dienach

Estas conversaciones tuvieron lugar mientras Paul Dienach, víctima de una enfermedad, cayó en coma durante un año. Durante todo este tiempo, su mente viajó al futuro y habitó el cuerpo de un ser humano llamado Andrew Northman quien vivía en el año 3906. Los humanos del futuro (Homo Novus Occidantalis), raza evolucionada con un nivel espiritual superior al nuestro, notaron que hablaban con alguien del pasado por lo que decidieron relatarle aspectos de la evolución de la humanidad, omitiendo información relacionada con el siglo XX con el fin de no influir en el curso de los acontecimientos históricos.  Estas experiencias estuvieron registradas en el diario de Paul Dienach, quien tras despertar del coma, decidió escribir todo lo que le fue dicho, aunque decidió no hablar del tema con nadie por temor a ser considerado loco. Fue uno de sus alumnos, quien después de la muerte de Dienach, se dio a la tarea de leer y traducir las experiencias de su maestro.  Entre múltiples predicciones, Paul Dienach menciona que en el año 2204 el ser humano coloniza masivamente Marte, pero que la población humana es arrasada por catástrofes naturales y la humanidad abandona para siempre el interés por volver a habitar el planeta rojo.

Plausibles o no, estas teorías estimulan nuestra imaginación y despiertan un poco de locura en nosotros. Como un virus extraterrestre, las teorías de la conspiración emergen de la mente de un loco, para inocularse en nuestra mente racional activando  nuestros centros de la paranoia y lo fantástico.

Desecharlas como tonterías, aunque razonable, sería demasiado aburrido, pues cierra de tajo la posibilidad de que la realidad sea algo más allá de lo que vemos con nuestros ojos científicos. Entregarse  al delirio colectivo de las teorías conspiratorias es un dulce placer que el hombre racional jamás podrá saborear.

Por Diego Álvarez.